La perspectiva de género implica una transformación social de fondo para la búsqueda de condiciones de equidad, donde hombres y mujeres tengan la libertad de ejercer sus derechos y de construir contextos para el reconocimiento de las desigualdades, acogiéndose a los marcos normativos, políticos y socioculturales que han evolucionado en materia de reconocimiento de derechos, interiorizando comportamientos, prácticas y costumbres incluyentes y respetuosas de la diferencia.
En este sentido, la perspectiva de género tiene que ver con la postura que se adopta para el análisis de las situaciones, que desde un punto de vista sistémico, se relacionan con el género, tales como variables económicas, políticas, sociales, etc., y también variables que constituyen la definición de género en sí, como la orientación sexual, identidad de género, entre otras.