Desde 1991, las mujeres han ido incorporándose a cargos directivos con más rapidez que los hombres, en particular en los países de ingreso alto, sin embargo, los datos indican que falta mucho para que las mujeres estén en igual número que los hombres en esos cargos.
También se tiene que lograr algo parecido al equilibrio de género en los niveles más altos del mundo empresarial, en puestos ejecutivos y en los consejos de administración. Además, cuanto más grande es una empresa, menos probabilidades existen para que las mujeres accedan a cargos importantes.